
Las declaraciones del líder del PP han molestado hasta Alejandro Sanz.

La política española, siempre propensa a la controversia, ha vuelto a vivir uno de esos episodios capaces de cruzar fronteras y encender el debate social.
Esta vez, el escenario ha sido la tradicional cena de Navidad del Partido Popular de Madrid, donde Alberto Núñez Feijóo, líder del partido y principal figura de la oposición, ha protagonizado un momento que ha conseguido enfadar a toda una comunidad autónoma y, de paso, movilizar a figuras públicas como Alejandro Sanz y Gabriel Rufián.
El detonante fue una broma sobre la eterna rivalidad entre Galicia y Andalucía por ver qué región ostenta el mayor número de kilómetros de costa.
Feijóo, en tono festivo y con ánimo de reivindicar su tierra natal, presumió de la riqueza natural gallega: “Galicia es un bosque, el 47% de la madera de España regada por agua dulce. 600 ríos interiores y circunvalada por agua salada, tenemos los mayores kilómetros de costa de España”.
Hasta aquí, el comentario parecía seguir el guion de cualquier encuentro regionalista. Sin embargo, la frase que vino después fue la que desató la tormenta: “Los andaluces no están de acuerdo, pero no saben contar. Las rías tienen doble costa, por lo tanto, es el lugar con más kilómetros de costa en España”.
Lo que pretendía ser una chanza acabó por cabrear a miles de andaluces y a personalidades de todos los ámbitos.
Alejandro Sanz, uno de los artistas españoles más internacionales y símbolo del orgullo andaluz, respondió con ironía y contundencia: “Un dos tres, cuatro cinco seis, siete ocho, nueve diez.
Un dos. Así se cuenta en Andalucía”. El mensaje, viralizado en redes sociales, no solo fue una lección de humor, sino también una reivindicación de la dignidad y la inteligencia andaluza frente a los tópicos y estereotipos.
La reacción no se limitó al mundo de la cultura. Gabriel Rufián, portavoz de ERC en el Congreso, aprovechó la ocasión para recordar las tragedias ocurridas bajo gobiernos del PP, enumerando cifras que han marcado la memoria colectiva del país: “Yak42: 62 víctimas. 11M: 191 víctimas.
Metro de Valencia: 43 víctimas. Residencias de Madrid: 7291 víctimas. Dana: 230 víctimas. Cribados de Andalucía: 2371 afectadas.
Desgraciadamente hace tiempo que todo el mundo sabe contar gracias al PP, @NunezFeijoo. Los andaluces también”.
Su intervención, lejos de ser una mera réplica política, puso sobre la mesa la importancia de la memoria y la responsabilidad en el debate público.
El episodio revela varias cuestiones clave sobre la España actual. En primer lugar, la sensibilidad territorial y la importancia de las identidades regionales.
Andalucía, tierra de historia, cultura y orgullo, no acepta fácilmente los estereotipos ni las bromas que puedan interpretarse como menosprecio.
La respuesta de Alejandro Sanz y de miles de ciudadanos demuestra que el humor político, si no se mide adecuadamente, puede convertirse en motivo de indignación y movilización.
En segundo lugar, la capacidad de las redes sociales para amplificar el debate y convertirlo en tendencia nacional.
Lo que antes quedaba en el ámbito privado de una cena navideña, hoy se viraliza en cuestión de minutos y se convierte en tema de conversación en medios, tertulias y foros ciudadanos.
La política, en este contexto, ya no es solo patrimonio de los partidos y sus dirigentes, sino una conversación colectiva en la que artistas, periodistas y ciudadanos participan activamente.
La intervención de Rufián añade una dimensión ética al debate.
Frente a la frivolidad de la broma, el portavoz de ERC recuerda que contar no es solo sumar kilómetros de costa, sino también asumir las consecuencias de las políticas y las decisiones tomadas.
Las cifras de víctimas, tragedias y errores de gestión son el reflejo de una sociedad que exige rendición de cuentas y que no olvida el dolor causado por la negligencia o la mala administración.
La polémica también pone de manifiesto el poder del discurso político para generar división o unidad.
Feijóo, líder de la oposición y figura clave en la política nacional, debe ser consciente de que sus palabras tienen un impacto que trasciende el ámbito festivo o regional.
En un país donde las identidades se viven con pasión y donde la memoria colectiva es fuente de orgullo y reivindicación, el respeto y la empatía son valores fundamentales para garantizar la convivencia y el entendimiento.
El episodio vivido en la cena del PP es, en definitiva, mucho más que una anécdota navideña.
Es el reflejo de una España plural, orgullosa y vigilante, que exige respeto y responsabilidad a sus líderes.
La respuesta de Alejandro Sanz y Gabriel Rufián es un recordatorio de que la dignidad y el sentido del humor pueden ir de la mano, pero que la política debe estar siempre guiada por el compromiso con la verdad y la justicia.
La España que sale de este debate es una sociedad más exigente, más consciente de su historia y de su diversidad, y más dispuesta a participar en la conversación pública.
Los líderes políticos, si quieren estar a la altura de las expectativas de los ciudadanos, deben aprender a medir sus palabras, a reconocer sus errores y a celebrar la riqueza de las identidades regionales como un valor compartido.
La polémica sobre los kilómetros de costa y la capacidad de contar es solo la punta del iceberg de una conversación mucho más profunda sobre la convivencia, el respeto y la memoria en España.
En conclusión, la reacción ante la broma de Feijóo es una muestra de la madurez y la vitalidad de la sociedad española. Andalucía, con su historia y su orgullo, ha demostrado que sabe contar y que no acepta el menosprecio.
La política, en tiempos de crisis y polarización, debe ser un espacio de encuentro y reconciliación, donde el humor y la crítica convivan con el respeto y la responsabilidad.
La lección, al final, es clara: en España, contar es mucho más que sumar kilómetros. Es recordar, exigir y construir juntos un país más justo y respetuoso.