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1. Un lugar que deslumbra… y desconcierta

La Escalera Principal del Palacio Real de Madrid es uno de esos espacios que parecen hablar sin palabras. Majestuosa, teatral, bañada en mármol y silencio, seduce a los visitantes con la fuerza de un escenario preparado para revelar un secreto… o para esconderlo para siempre. Aunque millones de turistas la recorren cada año, lo que pocos saben es que este lugar, aparentemente ceremonial, esconde una historia llena de decisiones ocultas, polémicas cortesanas, símbolos de poder y un misterioso vínculo con los Reyes Felipe VI y Letizia que ha permanecido en la penumbra durante casi tres siglos.

Este 4 de diciembre de 2025, Sus Majestades reaparecieron precisamente en este edificio histórico para presidir la reunión anual del Patronato de la Fundación Princesa de Girona. Una agenda pública y transparente… pero celebrada en un escenario donde nada es casual y donde cada escalón tiene un significado.

Y la pregunta no deja de resonar:

¿Por qué tantas decisiones arquitectónicas, simbólicas y políticas se han tejido alrededor de esta escalera en particular? ¿Qué historia oculta sigue marcando el protocolo real hasta nuestros días?

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2. La aparición de los Reyes: una imagen que revive viejos enigmas

Felipe VI y Letizia posaron en el Palacio Real rodeados del esplendor barroco que tanto impresiona al mundo. Pero esta nueva aparición reavivó un interés particular: el de la simbología de la Escalera Principal, un espacio donde se han tomado decisiones inesperadas, contradictorias e incluso polémicas desde el siglo XVIII.

El acto oficial, dedicado a la Fundación Princesa de Girona y su labor para los jóvenes en España, fue solo el telón de fondo. El escenario elegido —la escalera más famosa del palacio— volvió a colocar en el centro del debate su historia más desconocida y sus implicaciones protocolarias: una escalera duplicada pero desigual, dos tronos simbólicos y un misterio sobre por qué el Rey siempre sube por la derecha y la Reina por la izquierda.

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3. La doble escalera: una simetría que no es simétrica

Al entrar al palacio, cinco puertas reciben al visitante. Las tres centrales conducen al zaguán donde las carrozas se detenían antiguamente, alineándose frente a la estatua de Carlos III. Desde allí, la Escalera Principal se abre en dos brazos majestuosos, aparentemente gemelos… pero solo en apariencia.

Lo que pocos saben es que la escalera derecha fue diseñada para el Rey y la izquierda para la Reina. Una decisión que, aunque hoy se respeta estrictamente en protocolo, nació de una lucha de poder, grandes tensiones internas y rivalidades palaciegas que marcaron la construcción del Palacio Real.

El marqués Scotti fue quien impuso esta división en 1742, y Sacchetti, el arquitecto responsable, terminó envuelto en una batalla abierta por la altura de los peldaños, los accesos y el diseño general. Bonavia, protegido de Scotti, llegó incluso a acusar al arquitecto de crear escaleras “peligrosamente empinadas”.

Detrás de estas discusiones técnicas se escondía una pregunta más profunda:

¿Quién controla el acceso al poder?

Porque en una corte del siglo XVIII, decidir por dónde subía un monarca era decidir cómo se manifestaba su autoridad en cada acto público.

4. La polémica que casi destruye el proyecto original

Sacchetti ganó la primera batalla, imponiendo un proyecto monumental con rampas teatrales y nueve salidas hacia la planta superior. Pero su victoria fue amarga: Carlos III rechazó su obra efímera de madera, considerándola incómoda y poco funcional.

Aquí aparece uno de los episodios más desconocidos del palacio:

Carlos III mandó destruir una de las dos escaleras originales.

Ordenó a Sabatini reconstruir todo, esta vez inspirándose en el Palacio de Caserta de Nápoles. Y lo más sorprendente: Sabatini, con una mezcla de ingenio y obediencia, reutilizó los mismos materiales y peldaños para crear la escalera que hoy conocemos.

Pero el misterio no termina ahí.

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5. El giro inesperado: Carlos IV mueve la escalera de sitio

Cuando Carlos IV subió al trono en 1789, ordenó una operación nunca vista en un palacio real europeo:

Mover toda la escalera… de la izquierda a la derecha.

No era una simple obra decorativa. Era un movimiento simbólico y estratégico.

La derecha representa:

– autoridad
– legitimidad
– poder visible
– jerarquía divina en el simbolismo clásico

El Rey reclamaba su espacio en la parte “correcta” del poder, según las reglas simbólicas de la época.

Así, la escalera derecha quedó consagrada como la escalera del Rey, reforzando un mensaje que aún hoy se mantiene en el protocolo de la Casa Real. Letizia sube por la izquierda no por casualidad, sino por una tradición con carga simbólica desde hace más de doscientos años.

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6. Leones, jarrones y frescos: los guardianes del poder

El diseño final de la escalera incluye elementos cargados de significado:

 Los leones de Felipe de Castro y Robert Michel

Representan fuerza, vigilancia y poder regio. Miran hacia el ascenso, como si custodiaran el camino hacia la autoridad.

 Los jarrones de mármol blanco de Carrara

Con bajorrelieves de caza y trofeos, simbolizan el dominio del monarca sobre sus tierras y enemigos.

 Los frescos de Corrado Giaquinto

Una obra maestra sobre virtudes reales, creada para legitimar el poder borbónico tras la guerra de sucesión.

Cada detalle fue calculado. Nada es ornamental. Todo comunica poder, posesión y destino.

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7. Napoleón lo confirma: “Hermano, tendrás una casa mejor que la mía”

Cuando Napoleón visitó Madrid, se detuvo exactamente en el punto donde hoy se detienen millones de turistas: el rellano de la escalera.

Al ver el esplendor del palacio, dijo al recién nombrado rey José Bonaparte:

“Hermano, vas a tener una casa mejor que la mía.”

Una frase que, más de un siglo después, seguiría resonando como prueba del impacto simbólico de la escalera en los líderes del mundo.

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8. El presente: ¿por qué este lugar sigue generando debate?

Que los Reyes aparecieran nuevamente en el Palacio Real este 4 de diciembre no pasó desapercibido para los cronistas de la Casa Real:

– No fue un acto cualquiera
– No fue en una sala neutra
– No fue una imagen improvisada

Fue una reaparición cuidadosamente diseñada en un espacio que simboliza continuidad, legitimidad y jerarquía.

Se revive así una vieja idea:
Cada aparición de un monarca en esta escalera es un mensaje político.

No solo es un lugar bonito. Es un escenario.

Y cada fotografía refuerza un relato:
– estabilidad
– coronación simbólica diaria
– el peso de la tradición en la monarquía actual

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9. ¿Y qué papel juega Letizia en esta simbología?

La Reina Letizia, siempre analizada por sus gestos, expresiones y posiciones en actos oficiales, aparece sistemáticamente en el ala izquierda de la escalera.

Para algunos historiadores del protocolo, esto refuerza la idea del equilibrio dual:

– El Rey representa la autoridad institucional
– La Reina, el apoyo complementario
– Y juntos forman la unidad simbólica del reinado

Pero para otros, más críticos, esta división revive una visión antigua donde el papel de la mujer queda subordinado a una simbología que no se ha actualizado desde el siglo XVIII.

El debate sigue vivo.

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10. Las sombras del poder: la parte que no se muestra al público

Pese al brillo del mármol, la Escalera Principal tiene rincones cargados de misterio:

– puertas que ya no se usan
– pasadizos clausurados
– accesos de servicio que siguen el antiguo protocolo
– salas satélite donde se preparaban embajadas enteras antes de las audiencias reales
– zonas donde se tejen decisiones políticas antes de los actos públicos

Los guías no las muestran. No aparecen en los planos turísticos.
Pero existen.

Algunos trabajadores del palacio afirman:

“En esta escalera nunca estás solo, aunque no haya nadie.”

Una frase que alimenta el aura mística del lugar.

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11. Entre historia y superstición: la energía del Palacio Real

Desde el siglo XVIII, numerosas leyendas han rodeado la construcción del palacio:

– ecos que se escuchan pese a no haber nadie
– variaciones de temperatura en los rellanos
– sombras que cruzan los peldaños por la noche
– la sensación constante de que la escalera observa más de lo que muestra

En la corte de Carlos III y Carlos IV, estas historias alimentaban una creencia:
las escaleras reales absorben la energía de quienes suben por ellas.

Hoy, parte del personal lo repite en tono de broma… aunque nunca del todo en broma.

12. Conclusión: una escalera que sigue viva

La Escalera Principal no es solo una maravilla arquitectónica. Es un libro abierto de poder, historia, conflicto y simbología. La aparición reciente de los Reyes solo confirma lo que algunos historiadores llevan tiempo diciendo:

Este lugar sigue teniendo un papel político y simbólico fundamental.

Cada peldaño cuenta una historia.
Cada cambio que sufrió revela una lucha.
Cada aparición real reactiva su poder simbólico.

Y cada visitante que sube por ella, consciente o no, entra en contacto con casi tres siglos de secretos, tensiones y decisiones que aún marcan a la monarquía española.