
El vehículo terminó invadiendo una glorieta próxima al club, provocando un fuerte impacto
La noche sevillana del pasado viernes terminó con un susto monumental en el entorno del Real Club de Golf de Sevilla. El conocido torero Cayetano Rivera Ordóñez, una de las figuras más mediáticas del toreo y heredero de una de las sagas más legendarias, protagonizó un accidente de tráfico que dejó su vehículo destrozado y parte del ajardinamiento de la glorieta completamente arrasado.
Según adelantó ABC de Sevilla, el suceso tuvo lugar sobre las nueve de la noche, justo a la salida del prestigioso club de golf ubicado en Alcalá de Guadaíra, en plena carretera de Sevilla a Utrera. Fuentes policiales citadas por el diario confirmaron que Rivera perdió el control de la furgoneta, una de gran tamaño, que acabó invadiendo la glorieta del recinto. El impacto fue tan fuerte que derribó uno de los árboles ornamentales, dejando tras de sí una escena más propia de una película que de una tranquila noche sevillana.
En las imágenes publicadas por el citado medio se aprecia con claridad el resultado del golpe: la furgoneta negra, con el frontal completamente hundido, permanece sobre el bordillo, mientras los restos del arbolado y parte del césped quedan esparcidos por la calzada. A un lado, las luces de la calle iluminan el escenario de un suceso que, según testigos, atrajo rápidamente a curiosos y a efectivos policiales.
Se confirma, también, que el torero resultó ileso, pese a lo aparatoso del accidente, y que tras el susto inicial se encontraba en buen estado de salud. Aun así, el siniestro no ha pasado desapercibido, ni por el eco mediático del protagonista ni por las circunstancias en que se produjo.
Cayetano Rivera da positivo en la prueba de alcoholemia
Según lo publicado, el torero habría arrojado un resultado positivo en la prueba de alcoholemia practicada por los agentes tras el suceso, un extremo que está siendo analizado por las autoridades competentes. En España, la tasa máxima permitida de alcohol al volante es de 0,25 miligramos por litro en aire espirado (0,15 mg/l para conductores noveles o profesionales). Superar esa cifra puede implicar una infracción administrativa o, si el resultado es superior a 0,60 mg/l, un delito penal recogido en el artículo 379.2 del Código Penal.
En este último caso, las consecuencias pueden ir desde penas de prisión de tres a seis meses, hasta multas económicas o trabajos en beneficio de la comunidad, además de la retirada del carné de conducir por un periodo de entre uno y cuatro años. Si la tasa es inferior a 0,60 mg/l, pero supera los límites permitidos, se considera una falta grave, sancionada con 500 a 1.000 euros de multa y la pérdida de 4 a 6 puntos del carné.